4,5/5 estrellas

La princesa bibliófila se está convirtiendo en uno de mis safe places en el mundo del manga, porque sé que siempre me va a dejar con una sonrisa en la boca mientras leo cada tomo.

En el tercer tomo me he encontrado muchos momentos cuquis entre Eli y Chris, pero no solo eso ya que su relación se ha afianzado llegando incluso Eli a recordar su pasado con el príncipe e incluso conocer de primera mano lo que es la inseguridad en la pareja. Por suerte, siguiendo el consejo de alguien cercano, todo se soluciona hablando. El problema con los romaníes llega a su fin de la manera más inesperada, y es que Eli es capaz de cualquier cosa con tal de proteger los libros, has transformarse en alguien inimaginable.

Disfruto mucho de cada tomo, pero este especialmente termina de una manera que me ha dejado con la mosca detrás de la oreja gracias a la aparición de un personaje nuevo que espero no traiga muchos problemas a nuestra pareja protagonista.

Solo queda esperar la continuación, con muchas ganas como siempre, y disfrutar del dibujo tan precioso que tiene esta obra.