Interesante novela ligera, con notable influencia de los cuentos folklóricos medievales, como se podría imaginar con tan sólo ver el título.
Más que de la princesa (que por cierto, ES pequeña: tiene tan solo 7 años), la historia corre por cuenta de sus dos protectores: un dragón y un caballero de mediana edad. Tal vez no sea la combinación con la que estemos más familiarizados, pero funciona. En lo personal el caballero (Gideon Thorn) ha sido mi favorito, dadas las ínfulas de sofisticación con las que cuenta el dragón (Spike). Sin embargo, como bien dije, la química de la dupla es impecable, tanto en las escenas de acción como en las de humor en las que participan ambos.
Otro punto alto son los villanos. Son horribles y no tienen escrúpulos en hacer lo que sea, pero a fin de cuentas hay una razón para que lo hagan, aunque la manera en la que se explayan sobre el tema pueda ser algo superficial. De nuevo, tal vez los crímenes que cometen sean algo fuertes, por lo que no recomendaría este títulos a niños pequeños o personas de sensibilidad extrema.
Lo que me lleva a una de las críticas, que son ciertas escenas en tono de picaresca que me parecieron totalmente innecesarias y fuera de lugar. No me voy a extender en esto (quien lo lea, sabrá a lo que me refiero), aunque a su favor debo decir que solo se dieron en un par de oportunidades y casi no van en detrimento de la historia en general.
Salvo ese par de inconsistencias, me ha parecido un libro bastante entretenido. Recomendado tanto para los lectores de fantasía medieval como a los de literatura japonesa contemporánea.