Al fin he terminado este libro que era para el Reto del mes de marzo. No es el tipo de libros que suelo leer, quizás por ello me llevó bastante tiempo poder terminarlo. Si bien no es tan duro como otros que he leído, te genera impotencia ante muchas de las situaciones que ocurren, como por ejemplo que las mujeres tuvieran que vivir en un harén sin libertad, encerradas entre las paredes de sus casas, y lo peor que muchas mujeres no solo estuvieran de acuerdo con esto, sino que además trataran de que sus hijas e hijos siguieran manteniendo esas tradiciones porque así lo dicta su religión.

Por suerte para la autora, varias de las mujeres de su familia tenían un pensamiento diferente, y se lo inculcaron a sus hijas, tratando de conseguir para ellas, la libertad y la independencia que no podían obtener para si mismas.